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domingo, 13 de noviembre de 2011

Hermann Schnell

El nombre de Hermann Schnell (1916-1999) está asociado firmemente al policarbonato. Una vez doctorado en la Universidad de Friburgo —su tutor fue el legendario descubridor de la química macromolecular y premio Nobel, Hermann Staudinger.

Schnell ingresa en la factoría de Leverkusen de Bayer AG, como colaborador científico. A principios de 1953 se hace cargo, dentro del mismo grupo, de la dirección del recién creado laboratorio de la factoría de Uerdingen. Ahí prosigue los ensayos iniciados en Leverkusen, experimenta con poliéster y fosgeno gaseoso y, a pesar del escepticismo de muchos de sus colegas, a mediados de 1953 consigue un nuevo material de la familia de los polímeros, el policarbonato.

Casi al mismo tiempo se logra también éxito al otro lado del “charco”, pues también allí se descubre el policarbonato. La carrera norteamericana para obtenerlo se había iniciado en los laboratorios de la división de plásticos del grupo General Electric (GE). Se sintetizó igualmente a base de éster de ácido carbónico y ofrecía un espectro de cualidades sobresalientes. En el transcurso de negociaciones, las empresas interesadas del Viejo y del Nuevo Mundo aclararon de común acuerdo la situación resultante. El éxito del policarbonato que se vislumbraba desde un principio dejó espacio suficiente –presumiblemente– para la actividad de ambos competidores.
30 por ciento del mercado

Un vistazo a las estadísticas muestra lo rápidamente que creció el policarbonato desarrollado por Bayer (al que llamaron Makrolon). Cuando empezó la producción en 1958, se producían 40 toneladas mensuales de este material en la planta de Uerdingen. A finales del año 2002, la cifra se ha incrementado hasta las 550 toneladas (¡cada día!). La producción mundial de Bayer es de unas 740.000 toneladas, distribuidas entre cuatro plantas: Krefeld Uerdingen (Alemania), Antwerp (Bélgica), Baytown (Estados Unidos) y Map TA Phut (Tailandia), además de la próxima planta de Caojing en China. Bayer posee el 30 por ciento del mercado de los policarbonatos, que, en total representó un consumo mundial de dos millones de toneladas en el año 2002, incluyendo el que se utiliza en mezclas. Durante los próximos años, Bayer Polymers espera un crecimiento de mundial de entre el 7 y el 9 por ciento anual.

Makrolon empezó su carrera en 1958 principalmente como un material resistente al calor para carcasa eléctricas, si bien en la década de los sesenta se empleó mucho en aplicaciones como vasos y platos irrompibles, envases para leche, bandejas y enchufes. En los setenta, la plancha de Makrolon se hizo popular en el sector de la construcción. para una gran variedad de aplicaciones “vidriadas”. A principios de la década de los ochenta, este material se empezó a usar en la sanidad en aplicaciones como la hemodiálisis o la cirugía invasiva del corazón. Otro hito importante, quizá el más reconocido, fue el nacimiento de disco compacto en 1982, hecho con este policarbonato. En la actualidad, al menos uno de cada tres compactos emplean Makrolon.

A principios de la década de los noventa, este policarbonato fu sustituyendo al vidrio en los faros de los coches y en 1992, las botellas retornables de Makrolon debutaron en Europa. En 1996 surgió el DVD (Digital Versatile Disc), que, con 4,7 gigabites, multiplica por siete la capacidad de un CD. Este nuevo compacto obligó a Bayer a desarrollar nuevos grados de Makrolon para satisfacer necesidades aún más exigentes de producción.

En 2002, Makrolon se empleaba en aplicaciones eléctricas y electrónicas, que representaban el 28 por ciento del consumo, soportes ópticos (24 por ciento), el sector de la construcción (15 por ciento), y la industria de la automoción (9 por ciento). La mayor parte del resto (un 16 por ciento), se empela en mezclas para construir carcasas y cubiertas para la industria eléctrica y electrónica.


Makrolon está en todas partes. Difícilmente transcurrirá un día sin que se maneje un producto hecho con este material, aunque generalmente ni nos percatemos de ello. Sin embargo, Bayer quiere cambiar esta situación reforzando la marca Makrolon mediante acuerdos con las firmas que lo emplean.

Esta estrategia cae en la cuenta de que los consumidores finales no pueden saber que clase de plástico compran porque siempre forma parte de un producto acabado. En el año 2000, Bayer empezó a llegar a acuerdos con otras compañías que emplean Makrolon para que etiquetaran sus productos con un made of Makrolon, que Bayer Polymers quiere convertir en sinónimo de sello de calidad. Las compañías también introducirán información acerca de este policarbonato en sus anuncios, páginas web y ferias donde acudan.

Las firmas que han firmado este acuerdo son Uvex Sports, que fabrica cascos para bicicletas, visores y gafas para deportes, y el productor francés de gafas de sol Julbo. También están las pantallas holográficas de G+B pronova o los suelos para oficinas de RS Office.

Bayer Polymers también coopera con la firma austríaca Capsnap y la turca Watertek, productoras de botellas de agua. En el área de los compactos se encuentra MMore International, Euro Digital Disc Manufacturing (DataTrack), Nashua Media Products y MPO-Media (HiSpace). En el sector sanitario destaca la firma Rösch y sus inyecciones sin aguja.

En deportes, Makrolon se ha empleado tanto para hacer los puntos de saque en el golf (desarrollados por el golfista Nick Faldo), hasta para la cubierta del RheinEnergie Stadium en Colonia (Alemania), donde se jugarán algunos partidos del Campeonato Mundial de Futbol 2006.

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